jueves, marzo 16, 2006

Economistas apoyan medida del Gobierno de modificar el mínimo no imponible

Los economistas Orlando Ferreres y Eduardo Curia coincidieron hoy en destacar como positiva la modificación del mínimo no imponible para el pago del Impuesto a las Ganancias, anunciada oficialmente por el Gobierno, aunque manifestaron que se debe tener en cuenta la forma en que el fisco recuperará el dinero que ingresa por ese gravamen.

Asimismo, consideraron que el Palacio de Hacienda también debería rever el Impuesto a las Ganancias para las empresas.

Para Ferreres, esta modificación "es lógica y correcta porque fue entrando a pagar Ganancias gente que no estaba en la mira cuando se estableció este tipo de impuestos".

"El Impuesto a las Ganancias había llegado a afectar a gente que no se tenía en cuenta al momento de implementar el impuesto", destacó Ferreres en declaraciones a la Agencia NA.

Sin embargo, el economista señaló que "lo mismo le pasa a las empresas sobre ganancias que no tienen".

"Hay empresas que pagan mucho impuesto y siguiendo con la misma lógica con la que se modificó este impuesto habría que pensar en ello, no sé si ahora, pero sí se debería hacerlo", indicó Ferreres.

En cuanto al nuevo mínimo no imponible, que comenzará a regir el primero de abril próximo y que se ubicó en 2.400 pesos para solteros en relación de dependencia y en 3.200 para casados, el economista consideró que "está bien porque el sueldo promedio es 1.600 pesos y le pone mucho margen para arriba tanto para el casado como para el soltero".

Respecto de los autónomos, para quienes se ubicó en 1.000 pesos para solteros y 1.800 para casado, Ferreres consideró que también "está bien porque hay un sueldo promedio más bajo" que en el caso de los trabajadores en relación de dependencia.

Por su parte, el economista Eduardo Curia manifestó en declaraciones a la Agencia NA que "en principio, es una medida en líneas generales correcta, con algunas condiciones que habrá que ver".

"Como medida básica parecía atendible, pero hay dos condiciones que son de absoluta relevancia, muy claras y contundentes", advirtió Curia.

En este sentido, el economista señaló que a esta modificación, que le genera al Estado un costo fiscal anual de 1.500 millones de pesos, "habrá que compatibilizarla con la necesidad de que el superávit fiscal crezca".

"Se plantea una tensión y habrá que ver cómo es atendido este costo", consideró Curia.

Asimismo, manifestó que "esta debe ser una medida que integre un paquete más amplio en el que se aplique un criterio de las negociaciones salariales que se adapte a parámetros de competitividad en la economía".

"Habría que discutir ajustes salariales más finos de los que se conocieron tiempo atrás", advirtió el economista.


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